Tabaquito Orgánico
Hola familias tabaqueras, queremos compartirles un punto de vista medicina en la relación con el abuelo tabaco, proponiéndonos compartir los detalles de cómo es que se puede tomar la relación directa con esta planta sagrada, desde el origen. Observando como origen el momento en que se desarrolló la percepción del ser y estableció el vínculo con esta planta. Como retomar la manera sagrada y pura de sembrar, cultivar, cosechar, secar y conservar el poder de la medicina del tabaco, para la conexión con la esencia de cada uno/a, de esencia a esencia conservando la pureza de la medicina original.
Sobre las semillas que estamos recuperando y adaptando al espacio donde nos encontramos, monte serrano nativo.
Semillas Virginia, de flores rosadas, estas semillas hace más de 5 años que las venimos sembrando. Al principio las plantas no podían pasar los inviernos, al tercer año se comenzó a adaptar al lugar, al clima de invierno. Durante esos años solamente la cultivamos en pocas cantidades entre 15 y 20 plantas de cada especie y dejamos que hicieran todo el proceso de crecimiento sin intervenciones, salvo la cosecha de las semillas para la continuidad.
Las plantas del tercer año nos mostraron como después de dar semillas y ser podadas volvían a renacer del tallo principal abajo, también observamos que para cosechar las hojas de las plantas, era necesario esperar a que apareciera la yema de la hoja nueva, del tallo de la hoja más desarrollada que estábamos por cosechar, así seguía creciendo otra hoja del tallo principal. Desde ese momento comenzamos a cortar los tallos principales, después del ciclo completo, lo más abajo que los nuevos brotes nos lo permitían. y colocándoles tierra hasta la altura de los nuevos brotes, de esta manera logramos que la planta retomara otro ciclo de crecimiento completo, regenerándose a sí misma. Las semillas que nacieron de estas plantas son las que ahora estamos sembrando y que fácilmente hacen este proceso. La planta crece, da semillas, es cortada y después rebrota desde abajo. Dando nuevamente hojas y semillas. ¡Tenemos plantas que llevan más de tres años repitiendo este ciclo de regeneración!
Sobre las semillas Burley, de Flores rosadas. Tabaco para fumar consciente, con mayor intensidad y más rustico el sabor. La experiencia fue en conjunto con la semilla Virginia, las dos respondieron de la misma forma, con la diferencia de que esta especie en cada renovación las hojas eran más intensas y gruesas. Esta especie es menos delicada y un poco más rápida en el crecimiento y volumen de hojas, también es más influenciable a los aromas y especial para hacer tabacos con sabores ya que los absorbe rápidamente. Las plantas son diferentes pero de manera sutil, las hojas son de tallos más gruesos y más alargadas. Las combinamos para hacer un tabaco más fuerte, de fronteras energéticas. Y para los guardianes de tabaco, que se utilizan en la forma o diseño ritual en las ceremonias. También para rezar y conectar con la esencia.
También pudimos ver que la cantidad de agua con que la regamos y la exposición al sol, pueden hacerlo más suave, con menor agua las hojas son de verdes más claros y menos intensas.
Sembrado Virginia y Burley:
El sembrado de estas semillas lo hacemos en almácigos. Usamos invernaderos en invierno o al aire libre en primavera. Cada capsula de la flor de tabaco tiene más de 300.000 diminutas semillas. Ponemos una regada de semillas de manera tal que estén juntas pero no tanto. Medio centímetro, más o menos, entre unas y otras. Después colocamos tierra fina colada, una capa de 2mm. Regamos usando rociador con agua hasta que quede mojado, pero no inundado por que mueve las semillas. Regamos tres veces por día, mañana, mediodía y noche. Entre 10 y 15 días. Las sembramos en luna ascendente o día hoja del calendario biodinámico. Cuando brotan los tabaquitos, que salen en familias, comienzan a levantarse las plantas y los comenzamos a rociar 2 veces por día o cuando vemos necesario. En este momento es importante que no le falte agua, el sol que más las ayuda a crecer es el del amanecer hasta medio día. Son muy pequeñas y el sol fuerte les quemaría las hojas, las regamos a la tarde y a la mañana evitando el sol del mediodía. De esta manera hasta, más o menos, dos meses y medio o tres. Cuando se van haciendo plantines, en ese momento, es cuando los trasplantamos a plantineros y los separamos. Lo hacemos cuando la luna esta menguante, y si es posible en días nublados, al atardecer. De esta forma, la fuerza de la luna descendente ayuda a reconstruir las raíces. La planta no queda en estado estacionario, por lo general, a los dos días retoma su crecimiento. Después de un mes y medio, o dos, de estar en los plantineros. Y ser regados diariamente al atardecer y sobre las raíces. Comienzan a estar listas para el trasplante definitivo a tierra. Están listas cuando tienen dos hojas bajas grandes y un tallo central entre 10 y 15 centímetros de altura.
La tierra puede ser un poco arenosa, pero no tanto, sino al ser calentada con el sol podría quemar las raíces. Usamos compost de los vegetales que comemos y el que producen las hojas secas de los arboles cuando se pudren. Solamente material orgánico, sin ningún tipo de fertilizantes. Hacemos montañitas de tierra de 20 cm más o menos y colocamos las plantas en los lugares preparados. Los trasplantes son regados desde abajo, para no mojar las hojas con riego aéreo. evitando que las hojas queden aplastadas contra la tierra. Siempre a la raíz porque si a las hojas les da el sol fuerte, las gotitas que quedan en los cristales, quemarían las hojas. Retrasaría el crecimiento y se pierden hojas. Con relación al riego tratamos de ser consientes en la medida justa, por que no necesita tanta agua. Y, si se pasa de agua, las hojas se ponen verdes más oscuras y el sabor más rustico.
La cosecha: A los 5 meses de comenzado el proceso de crecimiento y cuando las yemas de las nuevas hojas aparecen, cosechamos las hojas. Las hojas más grandes y de la parte de abajo, son las que tienen menos intensidad y gran suavidad a la hora de fumar. Son las que no producen ardor de garganta, muy equilibradas. Las hojas más pequeñas, de la parte del medio de la planta hacia arriba, son más fuertes. El grosor de las hojas es mayor y su verde es más oscuro. Las hojas con estas características son las que usamos para hacer rape. Por su intensidad y por ser medicina de la parte área de la planta. Después de cosechada las hojas las lavamos en agua pura de la vertiente, esto es para que no quede tierra o polvo o insectos y para que el secado sea parejo. Tomamos un hijo, aguja y las atravesamos por el tallo. Clasificadas por tamaño y usos que le vamos a dar.
El secadero:Con una estructura simple al aire libre, donde de bien el sol, colgamos las hojas cara con cara. Nos quedan dos hojas enfrentadas, esto permite que se controlen y regulen la humedad y no se resequen verdes. El sol atraviesa las hojas y va haciendo una alquimia de trasformación en cada una de manera distinta. Algunas hojas pasan a color amarillo en una semana y después a marrón, manteniendo la humedad. En esto es importante el rocío, y la luna también, que hacen su alquimia. En este momento del proceso, todas las mañanas, vamos a ver las hojas antes de que el sol las reseque. Las estiramos y vamos separando las hojas que ya están amarillas o marrones (sin tintes verdes, salvo en los tallos).
Estas hojas las colgamos en ramos de cuatro, por las cuatro direcciones del universo. Unimos dos ramos de cuatro, que representan la cosmovisión universal del tabaco y sus rituales: las cuatro direcciones que existen en todo ser y además, Arriba, abajo, centro y adentro (corazón del universo arriba, corazón de la tierra abajo, corazón de todos los seres y el propósito de existencia adentro).
Esta cosmovisión rige tanto para un insecto, un mineral, un animal, vegetal, planeta, estrella o constelación. También la planta de tabaco tiene bien definida estas partes en raíces, tallos, semillas y flores. Y observamos las hojas en las cuatro direcciones, alrededor del tallo principal.
Después colgamos estos dos ramos, de hojas unidas por el medio, en un lugar donde le dé luz. No sol directo, o solamente el sol del amanecer. Las hojas están en el secadero, por lo general, entre 10 y 15 días dependiendo de la intensidad del sol. En invierno puede llevar, más o menos, un mes. También depende de los días nublados o de lluvia. Es de gran importancia tener en cuenta este factor. Cuando las hojas están en el secadero, si se mojan y están verdes intensas, todavía es una bendición del espíritu del agua. Pero, si ya están amarillas o marrones, el agua las puede pudrir o sacarle fuerza de los cristales que guardan la medicina.
Cuando pasamos las hojas a un espacio interno pero luminoso, van a ir tomando distintos tonos de amarillos y marrones. Las más oscuras, por lo general, del medio y arriba de Planta. Y las más claras y suaves, del medio y abajo.
Cuando los tallos centrales de las hojas están marrones y secos (no lechosos o verdes) se puede comenzar a acopiar el tabaco. Se lo pone en un lugar con poca luz y seco. Dentro de bolsas sin cerrar, así se trasmiten y mantienen la humedad pareja. De tal manera que permita estirarlas sin que se quiebren.
Las dejamos unos 10 o 15 días que se asiente el proceso de secado o de alquimia, y seleccionamos las hojas que vamos a usar para rezar, o fumar consientes, de manera medicina.
Después de sacarles el tallo tomamos las más grandes y las ponemos abajo. Y vamos poniendo más hojas en función de lo que queremos alcanzar, en relación al equilibrio que cada uno necesite con la medicina. Nosotros, por ejemplo, hacemos así: ponemos un 50% de hojas grandes un 40% de hojas del medio y un 10% de hojas de arriba, logrando un sabor suave pero intenso y un aroma dulce. Resultando ser una formula equilibrada para rezar o fumar consciente, tanto con la especie Virginia como con la burley.
Después, hacemos un rollo doblando las hojas grandes y apretándolas bien fuerte. Agarramos una hoja de tabaco burley que este amarrilla y envolvemos el rollo de tabaco. Con cuchillo vamos cortando el rollo en pequeñas fetas, logrando las hebras que sirven para pipa, para armar con chalas de maíz o también en papel. Después de media hora separamos las hebras.
Así es como hacemos el tabaco con el cual rezamos nuestras vidas y el cual estamos compartiendo por tabaquito comunidad. Alentando la relación directa y la vuelta al origen con esta planta sagrada, diseñada para la conexión con el mundo sagrado o espiritual.
Sabiendo que una cosa es conocimiento y otra es saber por la experiencia. Intencionado la impecabilidad con el abuelo tabaco, para que sea él quien enseñe. Y nosotros devolver el apoyo que esta medicina nos ha dado, en el valor de corrernos del medio y convidar pureza de espíritu a quien lo necesite y vea que es medicina, apoyo en su vida, Y su rezo de existencia.
Equipo tabaquito comunidad